Frigiliana

Al borde del casco antiguo se encuentra El Palacio de los Condes o El Ingenio de Frigiliana, es un edificio de estilo renacentista que fue el palacio de los antiguos Manrique de Lara, los Condes de Frigiliana.

En la Actualidad es la sede de la fábrica de miel de caña «Nuestra Señora del Carmen», única en Europa. Es uno de los lugares más valorados en la historia de Frigiliana. Popularmente se le conoce como «el Ingenio».

En su fachada se pueden destacar las entradas con sillares, junto con otros materiales con origen del castillo árabe, balcones, rejas, relojes de sol, al igual que los hermosos esgrafiados de su paramento y dos hornacinas que fueron destinadas a San Raimundo y a la Virgen del Carmen.

Parte de la maquinaria de 1909 usada para la fabricación de la miel es utilizada todavía, como uno de los juegos de calderas alimentadas por madera.

A día de hoy en la planta baja se aprovechan los espacios interiores para distribuir las necesidades de la producción de la miel de caña. Hace ya muchos años sus usos fueron distintos, así, la sala a la derecha de la entrada principal, que ahora es un almacén, fue una capilla, en la que, con autorización del Papa Clemente X, se dio misa desde 1662.

En la segunda planta, a la que se accede por una escalera, se encuentran varios y grandes salones, destinados a las áreas privadas de los condes.

Fue construido en el siglo XVI utilizando las murallas de una antigua fortaleza.

Construida por D. IÑIGO MANRIQUE DE LARA en el siglo XVII, quinto Señor de Frigiliana y Primer Conde de la Villa allá por el año 1640, colocando en esta su escudo de armas. Esta adosada al alzado posterior de una vivienda y se concebió para abastecimiento de la población y bebedero de animales.

Se dice que originalmente se la conoció como «La Fuente Nueva». Caminando por el casco histórico la puede ver bajando la calle Chorruelo a la izquierda.

Antiguamente la gente venía a esta fuente para llenar sus cántaras, charlar, lavar la ropa y dar de beber al ganado. Esta fuente es conocida por su agua fresca durante el verano lo que hace que sea muy agradable tomarla, por lo que hasta hace poco ha estado en uso.

Actualmente y acogiéndose a la normativa de potabilidad del agua, el agua no es apta para el consumo, aunque la gente sigue bebiéndola.

Se conoce también como Ermita del Santo Cristo de la Caña, es un bien de interés cultural para conocer la tradición de las fiestas cristianas barrocas en Frigiliana.

La procesión de imágenes representativas de la fe cristiana es una tradición presente en Frigiliana desde el siglo XVI, aunque las imágenes que se se llevan en procesión hoy día son posteriores, neobarrocas del siglo XX, y no nos sirven para documentar el momento de origen, sino que son sólo testimonios de la permanencia de la tradición en la población.

El Miércoles Santo se lleva en procesión desde esta ermita hasta la Iglesia de San Antonio la talla del Ecce Homo, una pieza en madera policromada de estilo neobarroco realizada en la segunda mitad del siglo XX.

Antiguamente la gente venía a esta fuente para llenar sus cántaras, charlar, lavar la ropa y dar de beber al ganado. Esta fuente es conocida por su agua fresca durante el verano lo que hace que sea muy agradable tomarla, por lo que hasta hace poco ha estado en uso.

Actualmente y acogiéndose a la normativa de potabilidad del agua, el agua no es apta para el consumo, aunque la gente sigue bebiéndola.

Es de estilo renacentista casi en su totalidad y está constituida por una planta de cruz latina dividida en tres naves separadas por arcos de medio punto apeando sobre pilastras rectangulares.

El crucero está cubierto por una bóveda semiesférica sobre pechinas y anillo denticulado terminando en linterna, cubriéndose los brazos y el presbiterio con bóvedas de medio cañón con lunetos.

Sobre el pórtico de entrada se encuentra el coro que presenta una cornisa mixtilínea de estilo rococó que recibe la balaustrada de madera con idéntico perfil.

Bajo éste se encuentra un interesante cancel de madera realizado por el cordobés, afincado en Frigiliana, Bartolomé de la Cruz Arjona, cuando sólo contaba 23 años.
La fachada principal se abre a un atrio con verja de hierro. Sobre su portada compuesta por arco de medio punto sobre pilastras, se puede ver un escudo del obispo Fray Alonso de Santo Tomás.

Construida en el año 1676 y reformada en el 1776.

El torreón es donde se ubicaba el pósito a mediados del Siglo XVIII aunque hoy se encuentra adosado a una vivienda.

Antaño se pensaba que este fue originado por los árabes, pero el estudio de su construcción (una forma piramidal truncada) pone en duda esta idea.

Se dice que su procedencia más creíble es que podría tratarse de una construcción posterior, del tipo de las que abundaron durante el Siglo XVIII como puntos de vigilancia de la costa contra la piratería.

Dentro en el Torreón hay antiguas vasijas, una de ellas con un grabado que hará que te pique la curiosidad, su significado es, nada menos que una  representación de las tres grandes religiones, árabe, sefardí y cristiana.

Desde que esto se descubrió se comenzó a usar el eslogan turístico de Frigiliana Villa de las 3 Culturas.

No se sabe la fecha exacta de su construcción, podemos afirmar que el Castillo de Lízar que tuvo lugar entre los siglos noveno y undécimo.

Este tenía una superficie de unos 4000 metros cuadrados y se ubicaba en la cima del cerro de la Sabina, dominando el pueblo de Frigiliana.

Tras la conquista de la ciudad de Málaga en el año 1487, el rey decreta la Real Pragmática de Felipe II, que limitaba todos los derechos a los moriscos y les prohibía seguir cualquier costumbre o tradición que tuviesen.

Dada esta situación, los rebeldes de Málaga y Granada que obedecían a este comunicado, huyeron de la ciudad y fueron concentrándose tras las murallas del Castillo de Frigiliana.

En el año 1568 la rebelión se había extendido ya por toda la Alpujarra. Por este motivo, el levantamiento fue intensamente sofocado.

Tras la Batalla del Peñón de Frigiliana, en 1569, los ejércitos del rey Felipe II tomaron la ciudad. Los últimos rebeldes procedentes de la Alpujarra y de la comarca de Vélez se refugiaron en el Castillo de Lízar que acabó siendo invadido.

Una vez rendidas las tropas árabes, Luis de Requesens, Comendador Mayor de Castilla, ordenó destruir la fortaleza.

Los moriscos sometidos fueron destinados a otras partes de España, y Frigiliana fue repoblada por cristianos viejos de Granada y Valencia.

Tal fue la destrucción del Castillo de Lízar, que buena parte de sus sillares fueron utilizados posteriormente en la construcción del por aquel entonces palacio de los Manrique de Lara, el Ingenio.

Actualmente quedan algunos restos del Castillo de Lízar. Los cuales son un muro de 4 metros de altura por 2,5 de ancho y parte de la rampa de acceso.

A pesar de esto, los restos están protegidos por ser considerado Patrimonio Histórico Español.

Para visitar el Castillo de Lízar se debe acceder por la parte de atrás del Palacio de los Condes de Frigiliana.

Desde aquí es donde comienza una ruta empedrada que nos regalará unas inolvidables vistas.

Podremos ver: Frigiliana, la Sierra de Almijara, el Mar Mediterráneo y el municipio de Nerja a vista de pájaro.

Este Museo Arqueológico de Frigiliana dispone de materiales de yacimientos cómo Poyos del Molinillo y Cerrillo de las Sombras.

El primero es un tipo de poblado de cabañas dispuestas en la ladera de un cerro, que es común a partir de la Edad del Bronce y cuyas poblaciones indígenas son las que establecen contacto entre los ss. VII y VI a. C., con las colonias fenicias del litoral. En el Cerrillo de las Sombras se han hallado tumbas de incineración en contenedores de inspiración fenicia.

La finalidad principalmente del Museo arqueológico de Frigiliana es la difusión de la historia y cultura de este municipio, conseguir que se conozca, se proteja y conserve.

Para el emplazamiento del museo se ha elegido un edificio emblemático, El Apero, construcción del siglo XVII cuya función era atender y recibir actividades arrieras vinculadas a otro monumento muy valorado en la historia de Frigiliana, el Ingenio.

El Apero ha sido restaurado hace no mucho tiempo y habilitado como edificio de usos múltiples, incluyendo el museo que comentamos, así como la biblioteca municipal, una sala de exposiciones y la oficina de turismo.

La Cruz de Pinto es un pequeño santuario situado en la cima de las montañas sobre el río Higuerón. Según la leyenda, la estructura fue construida en 1643 por el navegante Francisco de Pinto. Francisco estaba en camino desde la ciudad italiana de Verona a Cádiz, una ciudad española al oeste de Málaga. Cuando él y su tripulación pasaban por Nerja, una tormenta golpeó y puso en peligro su viaje. El convoy, liderado por Pinto, estaba formado por 3 barcos que comenzaron a hundirse. Desesperado por salvar a los barcos y a su tripulación, Francisco le pidió ayuda a Dios. Prometió construir un santuario en la cima de la montaña visible más alta de Nerja a cambio de sus vidas. Cuando la tormenta se despejó, Pinto y sus hombres se pusieron a trabajar en la construcción de la ahora famosa Cruz de Pinto.

Nuestra ruta comienza en el bar Virtudes y desciende por la montaña junto a la fábrica de melaza de caña de azúcar de Frigiliana. Una vez en el fondo de la pista, nos dirigimos hacia el sur por el cauce del río Higuerón en dirección a Nerja. Un par de cientos de metros más abajo del lecho del río, giramos a la izquierda y comenzamos a ascender por el valle rocoso excavado por el río a lo largo de cientos de años. El camino está señalizado a intervalos determinados por una pequeña marca azul pintada sobre las rocas.

Cuando llegamos a la cima de la colina, nos encontramos de pie junto a una pequeña ruina. Aparentemente, este sitio es donde los pastores de cabras solían pasar las noches buscando depredadores que pudieran amenazar a sus rebaños. Continuamos más allá de esta estructura y nos dirigimos hacia abajo por un corto tiempo.

En este punto, encontramos nuestro camino bloqueado por una serie de colmenas. Algunas personas han dicho que es posible pasar por encima de ellos sin sufrir daños, pero las abejas que rodean las colmenas estaban especialmente enfadadas. Uno de ellos incluso picó a Bobby, mi perro, así que decidimos valientemente volver sobre nuestros pasos y encontrar otra ruta. Para entonces, el sol estaba en su punto más caliente y empezábamos a pensar que debíamos volver a Frigiliana e intentarlo de nuevo otro día. Es muy importante si planeas hacer senderismo en Nerja que lleves mucha agua y crema solar, ya que puede tardar varias horas en volver a la ciudad si llegas a tu destino. Muchas personas subestiman el poder del sol en la Costa del Sol y se ven atrapadas.

Por último, recuerde la regla número uno para el senderismo en Nerja. NUNCA deambules por las montañas por tu cuenta. Si se resbala y se cae y nadie sabe dónde está, podrían pasar días o incluso semanas antes de que alguien lo encuentre.